Un análisis desde adentro al programa Todos a aprender.
A mediados de año fui invitado a
participar como tutor del programa ‘Todos a aprender’. Hasta ese momento
no estaba muy enterado de su funcionamiento, fines y medios, decidí
aceptar entre otras cosas porque sólo había escuchado malos comentarios,
de manera que quise ser objetivo y escuchar la propia versión de PTA.
Para los que no lo conocen, PTA es un programa del mejoramiento de la
calidad para la primaria iniciado en 2011 que se centra en la formación
constante de los docentes en lenguaje y matemáticas. El programa está
basado en experiencias internacionales y bajo el acompañamiento de la
Universidad de los Andes, los tutores intentan mejorar la calidad de las
prácticas docentes y para ello realizan sesiones de trabajo situado
(STS), donde comparten con los profesores enfoques, estrategias y
metodologías para cualificar sus clases y mejorar sus resultados.
A lo largo del año se aplican pruebas como las EGRA y EGMA y las
diagnósticas, también acompañan las aplicaciones de las pruebas Saber y
Supérate con el saber. Una parte que considero importante es que los
tutores de ‘Todos a aprender’ deben realizar observaciones de clase a
los docentes y retroalimentarles según las secuencias didácticas
propuestas en las STS.
Como muchas cosas que vemos en Colombia y sobre todo en educación, el
programa se ve muy bien en la teoría, pero la práctica es algo más que
complicada, ya que ha sido tomado con desconfianza por algunas
secretarías, muchos rectores y coordinadores y lo más grave: por los
docentes, que son la parte central del proyecto. Debido a mi corta
experiencia en el programa contacté a algunos tutores y extutores que me
compartieron sus impresiones y me ayudaron a tener una visión
panorámica de las bondades y defectos del PTA.
Hay una consideración generalizada de que PTA es algo más burocrático que pedagógico y de entrada hay una recepción negativa en muchos directivos
Algunos de ellos opinan que al programa lo afecta la falta de
credibilidad que el Ministerio de Educación tiene entre los docentes.
Hay una consideración generalizada de que PTA es algo más burocrático
que pedagógico y de entrada hay una recepción negativa en muchos
directivos que apurados entre tanto activismo propio de las
instituciones educativas, deciden reducir los tiempos de acción del
programa minimizando su impacto, Frente a estas debilidades, creo que el
programa debería ser algo más austero y también más diligente en la
forma operativa de plantear el trabajo. Formaciones a tutores deberían
hacerse virtualmente hasta donde sea posible, así como acabar con el
eterno diligenciamiento de los formatos que es agotador y poco
productivo.
También debe hacerse fuerte la figura del tutor, no como esa especie
de “contratista” del Ministerio, sino como alguien que se apersone
verdaderamente del mejoramiento de los procesos de calidad de la
institución, aspecto difícil a cambiar porque en muchas entidades
territoriales los tutores no llegan sino hasta después de las semanas
institucionales de enero, que es la época en la que se están planeando
los derroteros de los colegios. De igual manera, se pierde el trabajo de
autoevaluación de noviembre y diciembre porque se les acaba la comisión
y deben volver a sus colegios base.
Todos a aprender planea extenderse a la secundaria y algunos, que
llamaré más radicales, lo están proponiendo como una política pública,
lo cual me parece un despropósito porque lo primero es consolidar el
trabajo actual: reflexionar sobre algunas cosas como la necesidad de
potenciar las habilidades de los tutores en su especialidad en lugar de
ponerlos a ‘patinar’ con una asignatura que desconocen, analizar de qué
manera podemos contextualizar aún más las prácticas pedagógicas
propuestas en el programa por algo más cercano a la realidad de cada
institución educativa y de qué manera articular las necesidades
pedagógicas del colegio con los objetivos y métodos propuestos por PTA.
La mayoría de tutores me confesaron que no habían visto ningún
resultado positivo y que sólo hasta ahora empezaban a ver cierto
entusiasmo de algunos docentes: ¿es signo de que el programa está
fracasando? No ciertamente, pero ‘Todos a aprender’, como todos las
políticas educativas, necesita un análisis profundo sobre aquellos
aspectos por mejorar, entre ellos, el reconocimiento a las experiencias
exitosas para darle visibilidad al programa y poder así convencer a los
directivos y maestros escépticos de manera que se empoderen de los
beneficios del programa y se decidan a aplicarlo de verdad en sus
instituciones educativas.
Licenciado en lengua castellana y comunicación de la universidad
de Pamplona, nominado al premio Compartir al maestro 2015. Lector,
escritor y docente.
Fuente: http://compartirpalabramaestra.org
"Lo que se le dé a los niños, darán a la sociedad" . Karl A. Menninger
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