Salvo que la señora ministra en sus escasos ratos libres (libres
de cavilar como privatizar la educación pública) se dedique al estudio de las
matemáticas, lo cual dudamos por sus cuentas alegres cuando estuvo al frente
del Sena, no vemos cómo va a dar la clase, sin el debido conocimiento
disciplinar, a no ser que sus dotes histriónicas, le permitan memorizar un
libreto debidamente preparado por expertos.
De sus dotes actorales tenemos noticias en la montañosa
Manizales, cuando se declaró secuestrada, para eludir las preguntas de unos
estudiantes del Sena, que cuestionaban, entre otras, los malabares aritméticos,
que le permitían declarar que, en esta ciudad de 400.000 habitantes y en un
departamento como Caldas con menos de un millón de habitantes, el Sena había
formado más de 350.000 alumnos en un año y sólo con 600 instructores, algo así
como 600 alumnos por instructor.
En vez de saberla recitar un libreto, nos gustaría ver a la
ministra Parody explicando en su clase de matemáticas algunos problemas, que ni
a Baldor ni a Takeuchi se le ocurrieron, pero a los Gobiernos de Santos I y
Santos II sí, con la diferencia de que carecen de respuesta lógica.
Advirtiendo que el magisterio es partidario de la jornada única
ha rato, como qué impulsó su inclusión en la Ley general de Educación, según
consta en actas, invitamos a la ministra a explicar: ¿Cómo institucionalizar la
jornada única en la educación básica, sin aumentar el número de docentes? ¿Cómo
tener a todos los estudiantes en el plantel todo el día, cuando en muchas
instituciones tienen que hacer pico y placa, ante la falta de salones y equipos
de laboratorio? ¿Cómo dar clase durante todo el día a unos alumnos, cuando las
prometidas e indispensables raciones de alimentos no se garantizan ahora
siquiera para la las jornadas de medio tiempo, todo el año? ¿Cómo extenderle la
jornada a los docentes, cuando no se les garantiza un pago decente de acuerdo a
su preparación y experiencia profesional? En fin, ¿cómo instaurar la jornada
única sin los requisitos básicos de salarios decentes para los profesores,
infraestructura suficiente y raciones de comidas adecuadas para los
estudiantes?
Es posible que las respuestas estén en el mundo del humor
matemático, que lo hay, como la conocida demostración de que uno es igual a
dos, que se basa en el truco de dividir por cero(2) .
Por: Juan Ahumada Farietta, Manizales, marzo 10 de 2015
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