HOY ARRANCA EL PROGRAMA EDUCATIVO "ESPERANZA PARA LA FAMILIA" EN LA RED ESTUDIANTIL
La red de emisora estudiantil del departamento de antioquia, arranca hoy desde las 8 am y repeticion 5 pm, es espacio radial esperanza para las familias, y el primer tema es el bullying.
Este
problema de violencia y maltrato que está ocurriendo en las escuelas es muy
importante de analizar, porque puede y está afectando a muchos de nuestros
hijos y de nuestros jóvenes en edad escolar. Y para empezar, quisiera platicar
los testimonios de dos niños que reflejan esta situación.
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El Bullying
Por: Ing.
Gilberto Sánchez
Introducción
Hoy vamos a hablar
de un tema que, conforme pasa el tiempo, está cobrando más y más interés, no
solamente en nuestro país sino a nivel mundial. Vamos a hablar de la
victimización en el ambiente escolar, o bien, el maltrato entre alumnos en las
escuelas. A este fenómeno se le conoce como bullying.
Este
problema de violencia y maltrato que está ocurriendo en las escuelas es muy
importante de analizar, porque puede y está afectando a muchos de nuestros
hijos y de nuestros jóvenes en edad escolar. Y para empezar, quisiera platicar
los testimonios de dos niños que reflejan esta situación.
Hace
muchos años tuve la oportunidad de conocer a un niño que estaba en sexto de
primaria. Era un niño sin problemas de tipo familiar, se desempeñaba de manera excelente,
tenía buenas calificaciones y tenía una estabilidad en su vida. Un día, empezó
a tener problemas con un niño de su grupo que era más grande. Ese niño había repetido
varios años, ya tenía catorce o quince años y todavía estaba en sexto grado de
primaria.

El niño
permanecía callado e inevitablemente su semblante de felicidad se esfumó. Los
padres lo notaron y un día el papá le dijo: “¿qué
te pasa, hijo, por qué estás así? Te veo triste, como muy emproblemado” El
niño rompió a llorar y le explicó el problema que tenía en la escuela, el abuso
que estaba sufriendo por parte del muchacho que era mayor que él.
Entonces
el padre le dijo: “no te preocupes, hijo”.
Y al día siguiente se presentó en la escuela, habló con la maestra y con la
directora; fue un momento difícil porque el niño tuvo que enfrentar a su
agresor y señalarlo. A partir de ese día el problema se solucionó. El otro niño
no fue expulsado de la escuela, pero se habló con él y se resolvió el asunto de
manera que los dos pudieron terminar el curso escolar en un ambiente de paz.
El otro
caso es el de un niño que nunca habló, él estaba en primero de secundaria y
había experimentado un cambio muy fuerte al ingresar, que ya de por sí es un
cambio bastante difícil, además, la demanda en cuanto al currículo escolar es
mayor y a esto se le suman las nuevas amistades.
Este
niño perdió todo vínculo con sus anteriores compañeros y empezó una nueva etapa
con diferentes amistades. Fue entonces cuando empezó a recibir maltratos e
insultos sin causa dentro de la escuela; él no iniciaba los problemas pero tal
parecía que una persona no se agradaba de su presencia e iniciaba un
hostigamiento contra él.
El niño soportaba
todo calladamente, nunca habló con nadie y fue maltratado durante todo el año
escolar. Al final, los resultados se dejaron ver: ese primer grado de
secundaria lo terminó muy por debajo de su capacidad y a penas lo aprobó,
reflejando así el ambiente angustiante y estresante que estuvo viviendo durante
todo ese año escolar.
Antecedentes del maltrato en las escuelas
Vivimos en un mundo
de mucha violencia, ésta se está presentando en todos los niveles sociales, en
todos los ámbitos y realmente está afectando la convivencia. El mundo
occidental está abriendo los ojos para darse cuenta que la violencia daña el
funcionamiento social. Realmente daña a la víctima, pero también se ve muy
afectado el agresor y afecta, además, a toda la sociedad.
Las
escuelas no escapan a esta violencia, de hecho, ha habido ya muchos estudios al
respecto. Los primeros países que empezaron a hacer estudios al respecto fueron
Noruega y los países escandinavos. Recientemente ese tipo de estudio se ha
extendido de una manera bastante vertiginosa a Estados Unidos, Canadá, Arabia
Saudita, etc.
A partir
de un estudio que hizo el noruego Dan Olsen,
se han arrojado datos muy interesantes que revelan que el tipo de violencia manifestada
en las escuelas no es la violencia común, sino que tiene ciertas
características que la hacen diferente.
¿Qué
significa bullying? El noruego Dan Olsen,
uno de los primeros en estudiar este fenómeno, lo define de la siguiente
manera:
“Es una conducta de persecución física y/o
psicológica que realiza un alumno contra otro, al que escoge como víctima de
repetidos ataques. Esta
acción negativa e intencionada sitúa a la víctima en una posición de la que
difícilmente puede salir por sus propios medios. La continuidad de estas
relaciones provoca en las víctimas efectos claramente negativos, como descenso
de la autoestima, estados de ansiedad e incluso cuadros depresivos, lo que
dificulta su integración en el medio escolar y el desarrollo normal de su
aprendizaje.”
Olsen lo
define como un tipo de persecución, ya sea física o psicológica, que un alumno
de una escuela empieza a llevar a cabo contra otro. Aparentemente, no hay
causas que motiven o propicien ese tipo de persecución; simplemente existe un
abuso de poder, es decir, el pez más grande se come al más chico.

Un punto
importante que sale a relucir en estos casos es que la víctima difícilmente
podrá salir del problema por sus propios medios. Es decir, cuando un niño sufre
esta situación tal vez en un principio luche por defenderse, pero una vez que
cede es muy difícil que pueda salir por sus propios medios. Usted debe tener
mucho cuidado con esto, porque nos da una señal de que hay que ayudarlo.
Características del bullying
Estamos hablando
básicamente de un maltrato; de un niño adolescente que está en edad escolar a
manos de otro niño adolescente que tiene más poder, más fuerza o más autoridad
y que está afectando gravemente a la víctima. Este tipo de maltrato tiene
ciertas características que lo hacen diferente a los demás:
- Existe un abuso de poder: se supondría que en quinto o sexto de primaria uno se encuentra en un estado de igualdad, es decir, en un grupo homogéneo donde todos son iguales. Esto podría favorecer las relaciones interpersonales y la socialización; sin embargo, hay diferencias de fuerza, capacidad, rapidez e incluso madurez. La persona que no tiene el poder –la víctima- se ve acorralada y sin oportunidad de resolver la situación.
- No hay provocación previa por parte de la víctima. Es muy común que los niños o adolescentes se pongan en desacuerdo, aún entre amigos, por algo que los molestó o por algunas palabras que se dijeron, y esto puede llegar hasta los golpes. Pero en este caso, no hay un detonante, la víctima no provoca nada, sino que el otro llega simplemente a molestarlo; esto se convierte en un hábito y le empieza a gustar. La victimización incluye el hecho de que “a ti te pasa lo que te pasa porque es tu culpa”.
- Se trata de incidentes repetidos a lo largo de un período de tiempo; no es algo espontáneo o pasajero, sino repetitivo. Son incidentes que se dan de continuo, incluso todos los días incluso. Para la víctima, ésta se convierte en una situación sumamente angustiante. Comienza a tener mucho miedo de ir a la escuela, pero no por las clases, sino por ese alguien que lo está persiguiendo, que lo hace sentir muy mal y que le hace la vida imposible. Entonces, la escuela se convierte en algo terrible.
- Existe una intencionalidad por parte del agresor o agresores. El agresor molesta al niño con toda la intención desde el momento que lo ve y va hacia él, lo hace con el propósito de molestarlo, de decirle apodos, palabras altisonantes, insultos, etc.,
Algunas estadísticas interesantes
Hay diversas
estadísticas acerca de este fenómeno, pero la verdad es que son muy fluctuantes;
difieren mucho de país en país, en cuanto a las técnicas para recabar datos y
analizarlos.
Se ha
encontrado que este tipo de maltrato es un fenómeno general que se está
produciendo en todos los países que han hecho estudios; se han encontrado con
que esto es una realidad en sus escuelas.

Con
respecto a la edad, el momento de mayor incidencia en esta problemática es
entre los once y catorce años de edad. Conforme van creciendo, este tipo de
violencia empieza a disminuir paulatinamente, es decir, va a empezar a
desaparecer conforme pasan los años.
El tipo
de abuso más frecuente es el maltrato verbal, o sea, insultos, apodos, decir
cosas hirientes que afectan la dignidad de una persona o que se refieren a una
característica de su personalidad o de su físico. El segundo tipo de agresión
más utilizado es el físico, aquí es cuando ya hay peleas, golpes, pellizcos,
empujones, etc. En tercer lugar, hay un maltrato social, es decir, se excluye a
la persona, no se le habla, o se le aplica la “ley del hielo”, no se le dirige la palabra, no se le toma en
cuenta, se actúa como si no estuviera, se le rechaza o no se le deja participar
en actividades.
Los
lugares en donde se dan estas agresiones varían según el nivel. Por lo general,
cuando son de primaria, se da en el patio de la escuela; cuando se llega a la
secundaria, no solamente se da en el patio, sino también en los pasillos y las
aulas.
Esta es
una forma distinta de violencia; si bien, la violencia ha existido desde el
inicio de la humanidad, ésta es diferente a las demás. Es una forma distinta
porque no se trata de una conducta espontánea o motivada por una situación que
le desagrada a la persona que agrede; sino que no hay ningún detonante, no se
encuentran causas, la víctima no hace nada, simplemente llega el agresor y
empieza a acosarla, insultarla y maltratarla.
Este
tipo de violencia no es fácil de observar, porque se mantiene por debajo de las
relaciones de los jóvenes. Es decir, usted puede ver a los jóvenes que están
jugando, participando y no nota la violencia; sin embargo, entre los alumnos eso
es conocido, ellos sí lo ven y sí lo perciben.
El
adulto no percibe esto, e incluso hay adultos que lo ven con cierta tolerancia
porque piensan que es parte de su formación y dicen “así déjalo, es normal que el muchacho crezca así, que le den golpes
para que sepa lo que es ser hombre, para que se haga duro”. Es un tipo de
violencia que casi siempre está oculta a los ojos de los adultos o es tolerada
por el pensamiento de que así se va a formar el carácter del muchacho.
El bullying es, pues, un tipo de violencia
que vulnera los derechos humanos y la dignidad del estudiante. Los estudiantes
tienen derechos fundamentales: no deben ser sometidos a una humillación, se les
debe proporcionar un ambiente seguro para estudiar y desarrollarse académica y
emocionalmente, tanto en la escuela como en la casa o en la sociedad.
Una responsabilidad compartida
Conozco el caso de
un niño que estaba en secundaria, quien un día le dijo a su mamá: “mamá, me va a llegar un reporte de
indisciplina”, al preguntarle el porqué, respondió: “porque me porté mal, lo que pasa es que siempre me están diciendo
cosas, me ponen apodos, me insultan y me tiran la comida al piso; entonces yo
me porto mal y la maestra me saca del salón.”
Cuando
la maestra lo sacaba del salón y lo llevaba a la dirección, él se ponía a
estudiar, pues encontraba ahí un ambiente más apacible y alejado de sus
agresores.
La mamá
escuchó eso y no lo consideró correcto, pero el niño lo hacía para huir de sus
agresores, ya que ellos le estaban afectando mucho y siguió haciéndolo porque
creía que le estaba beneficiando. Pero se estaba ganando una serie de reportes,
que después provocaron otro problema y la mamá fue a hablar con la maestra.
Hay otros
testimonios muy tristes de padres que, al ver la situación de sus hijos, fueron
a hablar con los maestros y le dijeron que tal persona agredía a sus hijos. A
la hora de querer arreglar la situación, se dieron cuento que el muchacho
agresor tenía otros tres hermanos y, como era escuela de paga, les
respondieron: “señores, discúlpenme, pero
ellos nos pagan por cuatro mensualidades, ustedes nos pagan por una; no podemos
hacer nada”.
Nosotros,
los padres debemos tener mucho cuidado, pues ésta es una situación que está
generando muchos problemas en las escuelas. Las escuelas también deben tener
cuidado e implementar medidas para controlar este problema, que hace que se
pierda la armonía escolar.
No se
van a dar buenas relaciones entre los compañeros, se van a crear ambientes muy tensos
que pueden hacer que las cosas se pongan peor en la escuela, se va a notar un
bajo rendimiento escolar en las víctimas; todo esto repercutirá en la
reputación e imagen de la institución académica.
Maltrato físico, verbal y social
Voy a mencionar los
tipos de maltrato escolar, para que usted se familiarice con esta nueva forma
de violencia y pueda estar atento para
percibir si su hijo está padeciendo algún tipo de violencia. Si usted es
maestro o tiene a su cargo la responsabilidad de cuidar a los niños en una
escuela, pueda irse familiarizando con los términos para después poder ayudar a
los niños.

También
existe el maltrato verbal, que se
divide en directo e indirecto. El indirecto es cuando el agresor no se hace
manifiesto, sino que anda hablando mal
de alguien a sus espaldas, difunde rumores falsos o calumnias. Es decir,
destruye la reputación a espaldas de él, no da la cara y la víctima sufre este
ataque sin saber de dónde vienen.
El
maltrato verbal directo es cuando se insulta cara a cara con expresiones que
denigran la dignidad del niño, que hacen referencia a su cuerpo y se burlan de él.
También incluye el utilizar apodos, algunos sumamente hirientes, que hacen que
los estudiantes se sientan muy mal.
Existe
también la exclusión social, que
puede ser clasificada en directa e indirecta. La exclusión social tiene mucho que
ver con ignorar o hacer menos a las personas; en ese sentido, el muchacho se
siente rechazado o hecho a un lado. La directa, es cuando no se le deja
participar en una actividad a alguien, por ejemplo, cuando se le dice: “tú no juegas”.
La indirecta es
cuando el joven habla y nadie contesta, no se le considera y se le hace menos.
Asimismo,
puede haber mezclas de estos tipos de maltratos, por ejemplo, una mezcla física
y verbal es amenazar e intimidar a la persona, mientras se le da un empujón. También
el obligar a hacer cosas y el chantaje son formas de violencia, por ejemplo, “si no haces esto, te vamos a golpear o te
vamos a quitar tus cosas” o “si traes
dinero, dámelo, quiero comprarme algo”.
También existe
el acoso sexual, puede darse el caso, pero según las estadísticas es raro que
se presente.
Estructura del bullying

Hay muchas cosas en
los alumnos que no se notan, que ni los maestros ni los padres de familia los
ven, sino hasta que ya es muy notable. Por eso, debemos entender la importancia
de conocer a nuestros hijos, de saber por qué situaciones está pasando que lo
pueden afectar; para que al notar su estado de ánimo podamos darnos cuenta si
algo le está pasando y busquemos ayudarlo.
Algunos
adultos toleran y avalan esta problemática, piensan que es normal ponerse apodos
ofensivos, o que incluso las palabras altisonantes y soeces son normales, pero no
es lo correcto. No porque la gente esté muy acostumbrada a hablar de esa manera
quiere decir que está bien, la realidad es que ese lenguaje es usado con doble
sentido, para herir, ofender y humillar. Debemos tener cuidado de no permitir este
tipo de lenguaje.
Los
padres y maestros desconocen las graves consecuencias que puede tener un alumno
al estar viviendo en esta situación: puede afectarse emocionalmente, puede
afectarse su rendimiento escolar, puede incluso afectar su socialización.
No olvidemos
que los niños se desarrollan a través de las relaciones interpersonales que lo
van a ayudar a formar hábitos y desarrollar habilidades para desempeñarse en la
vida. Entonces, si encuentra un ambiente muy hostil en la escuela no
desarrollará sus habilidades al máximo.
Debemos
estar muy atentos ante esta situación y debemos ver de manera seria y
responsable cómo contrarrestarla, con el fin de crear para nuestros alumnos e
hijos, un ambiente adecuado para estudiar.
El bullying es un problema a nivel grupal.
Imagine usted un círculo y dentro de ese círculo a la víctima; en el perímetro
del círculo está el agresor, que es quien inicia la agresión, y sus seguidores,
aquellas personas que no inician la agresión pero que toman parte activa.
También están
los partidarios, éstos son los espectadores que avalan lo que está pasando,
gritan desde afuera, se burlan y muestran su complacencia y aprobación. Están
conformes con lo que sucede, aunque no participan, ni son seguidores, sólo ven la
situación, les gusta y la aprueban.
Después
están los espectadores que no participan, son neutrales, y adoptan la posición
de: “lo que sucede no me incumbe”. Aunque
no están a favor, tampoco están en contra, simplemente están viendo lo que pasa
pero prefieren no meterse.
También
puede haber personas que son los defensores, aquellos que no les gusta la
agresión pero que no saben cómo ayudar. Y por último, los defensores que
intentan ayudar a la víctima, en la medida de sus posibilidades.
Para
terminar, quiero leer un texto de las Sagradas Escrituras que se encuentra en
Proverbios 22:3 y dice así: “El avisado
ve el mal y se esconde, mas los simples pasan y reciben el daño.”
El
problema del bullying tiene muchos
antecedentes, es algo que ya tiene bastantes años. Las investigaciones de Dan
Olsen datan de un poco antes de 1980, hace casi treinta años.
Es un fenómeno que puede afectar a nuestros
hijos, por lo tanto, es necesario investigarlo y tomar medidas preventivas para
que la calidad de estudio de nuestros hijos no se vea afectada.
Si de
por sí, llevar un programa de estudios puede generar mucho estrés, agregarle una
situación de maltrato en la escuela va a complicar muchísimo las cosas. Según
los estudios, los jóvenes bajan su autoestima y su rendimiento escolar debido a
estas situaciones, hasta pueden presentar cuadros depresivos que vienen a
complicar todo el panorama.
Entonces
como padres tenemos que ser avisados, astutos y prudentes al revisar estos
casos, para establecer mecanismos para poder ayudar a nuestros hijos, si están
sufriendo algún tipo de maltrato en la escuela, a que salgan adelante. Todo por
amor a nuestros hijos.