"El
Ministerio de Escuelas, Infancia y Familia de Inglaterra les acaba de retornar
a los profesores la autoridad para utilizar la fuerza en casos de defensa
propia o para prevenir que los alumnos se lesionen entre sí o afecten las
instalaciones de la escuela.
Esta
medida le pone fin a décadas de ejercicio docente sin autoridad, de estudiantes
llenos de derechos y ningún deber, cuyos daños sobre la sociedad occidental
están por evaluar. La Asociación Británica de Maestros encontró que la mayoría
absoluta de profesores encuestados conceptúan que la disciplina ha empeorado en
sus escuelas. Comentan que niños menores de cinco años de edad ya se comportan
de manera ruda, intimidante y hasta violenta.
La
explicación es muy sencilla: si a dos papás, adultos hechos y derechos, a
diario la escena se les sale de las manos, cómo no a un profesor responsable de
30, 40 o más muchachos malcriados, desarmado por completo, solo, con el escaso
poder de su palabra?.
La
genial decisión de devolverles la autoridad a los maestros, hoy llamados
docentes, replantea la pregunta políticamente incorrecta, de si deben los
padres o los profesores sancionar a sus hijos y estudiantes.
Lo
primero por reconocer es que sería magnífico educar, sin sancionar, ni
castigar. Posible, siempre y cuando se cumpla un requisito: el de que los niños
siempre sean responsables con sus deberes, acaten las normas y respeten a las
figuras de autoridad, es decir, sean buenos por naturaleza. En tal caso
sobrarían las sanciones, ¡sobraría formarlos!.
Los
castigos no son de incumbencia infantil. También los adultos incumplimos, por
esto existen códigos completos de sanciones a las violaciones de tránsito,
comerciales, administrativas, de impuestos, etc. Si cumpliésemos desaparecería
la exitosa profesión de los abogados, ésta existe porque los adultos no somos
buenos, tampoco los niños, ¡nadie!
La
bondad universal sería encantadora; convencería a los delincuentes, a los
estafadores, a los secuestradores, a los guerrilleros, a los terroristas de que
sus actos son malos, que dañan a otros.
Ellos
lo saben, todos lo saben. Sólo que sus ganancias al delinquir superan
infinitamente la posible pérdida de ser sancionados, en nuestro país exigua. La
maldad paga demasiado bien, ese es el problema.
Sin
embargo, contra estas evidencias del sentido común, el doctor Benjamín Spock
acabó por convencer a los padres de que su labor es la de querer a sus hijos y
nunca castigarlos. Así nacería un mundo de amor y fraternidad universal, que no
ha llegado. En contravía con el Dr. Spock, algunos padres aplican la didáctica
positiva y luego la negativa, con magníficos resultados.
“Luego
el Dr. Benjamín Spock dijo que no debíamos pegarle a nuestros hijos cuando se
portan mal porque sus pequeñas personalidades se truncarían y podríamos
lastimar su autoestima…
Y
dijimos que estaba bien, que los expertos deben saber lo que están diciendo…
Pero
el hijo del Dr. Spock se suicidó. “ tomado de la reflexión: ”Y NO dijimos nada”
Con
suma paciencia esos sabios padres y madres le explican a su hijo las
conveniencias de, por ejemplo, tender su cama. Una vez el niño aprende a
hacerlo, este deber no sólo ayuda a los demás miembros del hogar, sino que
convierte al menor en alguien responsable, una cualidad definitiva para
recorrer la vida.
Lo
importante es que los padres no sólo le enseñen, paso a paso el dominio de este
oficio, sino el tener que hacerlo todos los días sin excepción. A muchos niños
la convincente explicación y modelación de sus padres les basta.
Magnífico,
pero a otros no. Un día simplemente la dejan destendida. Es en este momento
cuando los padres deben aplicar la didáctica negativa, por el bien de su hijo y
el de quienes conviven con él.
Así
que no sólo basta con repetirle el valor de cumplir el deber, sino que ahora es
necesario hacerlo con la palabra, la postura y la mirada severa del padre o la
madre. Si el hijo falta de nuevo, hay que anunciarle que vendrá una sanción.
La
advertencia hecha con la palabra, la postura y la mirada severa de los padres
con autoridad, muchas veces basta. Pero, si el menor reincide es justo aplicar
la sanción estipulada. Las culturas humanas, aún, no han descubierto un método
más eficaz, y me temo que no existe.
Y,
por supuesto, de igual manera actúa el profesor, si es un formador moral, como
todos lo deberíamos hacer, no sólo un enseñante o docente de una ciencia. Como
vuelve a ocurrir en Inglaterra, para bien de la generación actual, cuyos resultados
muy pronto se verán.
Pero
aquí no paran las buenas noticias venidas de Londres. El Ministro de Educación
agregó que las escuelas ya cuentan con nuevos poderes legales para llevar a la
Corte a los padres de los menores, que con frecuencia causan problemas. Si
crían hijos irresponsables, los padres responderán por los efectos negativos
sobre la sociedad, una vez se conviertan en disociales o antisociales.
Los
malos padres no podrán "lavarse las manos" y abandonar a su hijo
malcriado al sistema policivo y judicial, pagado por todos los contribuyentes,
para que lo encarcelen y encierren, NO, ¡ELLOS, los padres, IRÁN A LA CORTE!.
Cada director de colegio deberá iniciar los procedimientos en las cortes
locales: Una vez firmado ante la Corte su compromiso indeclinable de corregir a
su hijo, esto es, de comenzar a emplear la didáctica positiva y negativa
utilizadas por las sociedades humanas, educadoras de adultos respetuosos y
responsables, los padres reasumen su papel de formar hijos responsables y respetuosos,
o enfrentan una primera sanción pecuniaria.
¿Deben
los padres o los profesores sancionar a sus hijos y estudiantes?
POR
SUPUESTO QUE SÍ, siempre y cuando los muchachos conozcan las razones positivas
para acatar una norma y sepan cumplirla. Lo cierto es que a través de este
camino ganamos todos, pero sobretodo ellos, ya que un joven irresponsable o
irrespetuoso dañará a sus semejantes, tanto como a su sociedad permisiva.
Con
esta medida genial que va en contra de las ingenuas ideas de los pacifistas, en
Inglaterra posiblemente desaparezcan los delincuentes, los estafadores, los
secuestradores, los terroristas de su país posmoderno e ingresen a un mundo,
donde los padres y profesores tienen criterio y los niños, al ejercer sus
deberes, conquisten sus derechos. No al revés
¿Es
su hijo o estudiante desobediente, altanero, irrespetuoso, irresponsable?. Si
usted viviera en Inglaterra ya sabría qué hacer; el Ministerio de Escuelas,
Infancia y Familia y las Cortes lo apoyarían, confiarían en su criterio de
adulto.
Y
DIJIMOS QUE ESTABA BIEN...
Parece
que todo está bien, nos reímos de todo sin darle demasiada importancia a nada,
pero esto es diferente, esto que vas a leer te hará reflexionar…
En
la entrevista que le hicieron a la hija de Billy Graham, en el Early Show, Jane
Clayson le preguntó: ¿Cómo pudo Dios permitir que sucediera esto?, refiriéndose
a los ataques del 11 de septiembre.
Anne
Graham dio una respuesta sumamente profunda y llena de sabiduría.
Al
igual que nosotros, creo que Dios está profundamente triste por este suceso,
pero durante años hemos estado diciéndole a Dios que salga
de nuestras escuelas, que salga de nuestro gobierno y que salga de
nuestras vidas.
¿Cómo
podemos esperar que Dios nos dé Su bendición y Su protección cuando le hemos
exigido que no se meta en nuestra vida?
...
creo que todo comenzó cuando Madeleine Murria O'Hare se quejó de que no quería
que se orara en nuestras escuelas…
Y
dijimos que estaba bien. Pero Madeleine fue asesinada.
Luego
alguien dijo que mejor no se leyera la Biblia en las escuelas, aunque la Biblia
nos habla de no matar, no robar, de amar a nuestro prójimo...
Y
dijimos que estaba bien.
Luego
el Dr. Benjamín Spock dijo que no debíamos pegarle a nuestros hijos cuando se
portan mal porque sus pequeñas personalidades se truncarían y podríamos
lastimar su autoestima…
Y
dijimos que estaba bien, que los expertos deben saber lo que están diciendo…
Pero
el hijo del Dr. Spock se suicidó.
Luego
alguien dijo que los maestros y directores de los colegios no deberían
disciplinar a nuestros hijos cuando se portan mal…
Ellos
también dijeron que más valía que ningún miembro de las escuelas tocara a
ningún estudiante que se portara mal porque no queríamos publicidad negativa y
por supuesto no queríamos que no nadie nos demandara. (Hay una gran diferencia
entre disciplinar, tocar, golpear, dar un cachete, humillar, patear, abofetear,
etc.)
Y
dijimos que estaba bien.
Luego
alguien dijo, dejemos que nuestras hijas aborten si quieren y como es un asunto
delicado, será menos conflictivo si no necesitan tener la autorización de sus
padres…
Y
dijimos que estaba bien.
Luego
uno de los consejeros de las escuelas dijo, ya que los jóvenes siempre van a
ser jóvenes y de todos modos lo van a hacer, démosles todos los preservativos
que quieran para que puedan divertirse y experimentar sin riesgo de
enfermedades o embarazos no deseados y llamémosle a eso “educación sexual”.
Y
dijimos que estaba bien.
Luego
algunos de nuestros principales funcionarios públicos dijeron que no importaba
lo que se hace en privado, siempre que se cumpla con el trabajo.
No
debe importarnos lo que la gente, incluyendo el Presidente, haga en su vida
privada mientras yo tenga un trabajo y la economía vaya bien.
Y
dijimos que estaba bien.
Luego
alguien dijo vamos a imprimir revistas con fotografías de mujeres desnudas y
decir que esto es una apreciación sana y realista de la belleza del cuerpo
femenino.
Y
dijimos que estaba bien.
Y
luego alguien llevó más allá esa apreciación y publicó fotografías de niños
desnudos, en revistas y en Internet.
Todos tenemos derecho a la libertad de expresión.
La
industria del ocio y entretenimiento dijo: hagamos programas de televisión y
películas que promuevan lo profano, la violencia y el sexo de todo tipo.
Y
dijimos que estaba bien.
Grabemos
música que incite a la violencia, al sexo, las drogas, al suicidio y los temas
satánicos…
Y
dijimos que estaba bien.
Y
dijimos, que no era más que diversión, que no tenía efectos negativos, de todos
modos nadie se lo toma en serio...
Y
dijimos que estaba bien.
Y
ahora nos preguntamos:..
•
¿por qué nuestros niños no tienen conciencia?
• ¿por qué no saben distinguir entre el bien y
el mal?
• ¿por qué no les preocupa matar a
desconocidos, a sus compañeros de escuela, o a ellos mismos?
Probablemente,
si lo pensamos bien, encontraremos la respuesta.
“RECOGEMOS,
LO QUE SEMBRAMOS"
Es
curioso cómo las personas van detrás de lo malo del mundo, porque simplemente
está de moda y luego se preguntan por qué el mundo está en proceso de
destrucción…
Es
curioso ver cómo creemos lo que dicen los periódicos, pero cuestionamos lo que
dice la Biblia…
Es
curioso, porque la palabra de Dios se suprime en las escuelas, los espacios de
trabajo y a veces hasta en el hogar.
Fuente:
http://correvedile.com/carmenpinilla/indisciplina
"Lo que se le dé a los niños, darán a la sociedad" . Karl A. Menninger
LA NOTICIA EDUCATIVA SE LA ENVIAMOS A SU CELULAR A TRAVÉS DEL PIN: 7F343742 o WHATSSAP +(57) 321 7658342, SIGANOS POR @EstudiantilRed