Por: Ing. Gilberto
Sánchez
En nuestros temas anteriores hemos hablado
acerca de la importancia de la familia, la unidad y la comunicación. Ahora,
queremos enfatizar la necesidad de
transmitir valores a los miembros de la familia, pues qué importante es que
hoy en día, en un tiempo donde los antivalores se están fomentando por cine,
por radio, por televisión, por teatro, debido a la influencia de una sociedad
que cada vez se aleja más de los valores, estemos instruyendo correctamente a
nuestros hijos, alertándolos contra todos esos mensajes e imágenes nocivas para
su salud y desarrollo.
Qué importante es que nosotros como padres,
comuniquemos aquellos principios que sabemos pueden ayudar a nuestros hijos. Es una necesidad del ser humano
comunicarse, y es una obligación de los adultos el legar valores a la
generación venidera. Es muy necesario que como padres seamos verdaderos
amigos de nuestros hijos y maestros del bien.
Cuando leemos lo que está pasando a nivel general en la sociedad y
leemos noticias que en verdad nos duelen, al ver lo que está pasando con
nuestros jóvenes, nos damos cuenta de una realidad que se está presentando con
mayor frecuencia entre nosotros y que se está volviendo ya una situación
cotidiana: la maldad extrema está provocando que las personas vean esos sucesos
como “algo normal”.
Iniciaré narrándole sobre un experimento que
se hizo hace mucho tiempo, con el fin de mostrar lo que ocurre al acostumbrarse a un ambiente dañino: el
experimento de la rana. Si usted hierve agua y avienta una rana al agua
hirviendo, la rana naturalmente, por instinto brinca, tratando de escapar,
porque encuentra condiciones nocivas que le harán perder la vida. Sin embargo, si
usted pone la rana dentro de agua fresca y la empieza a hervir lentamente, la
rana no percibe el peligro, de tal
modo que llega un momento en que la rana va
a acostumbrarse a la circunstancia de alrededor, y termina muriendo. Es una
situación muy cruda, pero es una realidad.
Eso nos ilustra lo que puede estar pasando
en nuestra sociedad: que de pronto vemos un suceso terrible, una tragedia, de
modo que se dice “¿Qué está pasando en
nuestro país? Eso no existía antes…” “¿Quién iba a oír hablar de este tipo de
situaciones tan terribles, y que ahora están sucediendo de una manera ya tan
vertiginosa?” Y ocurre que la gente se está acostumbrando a ver maldad; se
está volviendo insensible ante situaciones inhumanas, y lo más terrible: da la
impresión de que la sociedad empieza a ver la maldad como una forma normal de
vida.
La gente empieza a generalizar esa forma de
pensamiento -y yo no estoy diciendo que todos vayan a hacer eso- lo que estoy
diciendo es que de pronto el robo, la mentira, el fraude, esa forma de vida
fácil para obtener dinero a través de medios ilícitos, se empieza a volver como
una opción de vida, se empieza a volver como algo atractivo en donde las
personas dicen "bueno, pues vale la
pena, mira cómo estamos viviendo, en situaciones donde no hay esperanza…"
y empiezan a caerse los valores, y hacerse a un lado los principios morales.
Claro, hay mucha gente que me dice: "yo nunca cometería esos actos
reprobables, eso es impensable, nosotros sí tenemos principios". Sí, no
lo dudo; pero también es cierto que quienes ya están viviendo en ese estilo de
vida acostumbrado a la maldad, también tuvieron antes sus principios, pero ya
los perdieron, ya violaron de una u otra manera sus códigos de ética, ya
violaron su conciencia, y eso, el peligro es que ante una situación de maldad
que se está generalizando, una sociedad puede perder sus valores, y está
atentando contra sí misma de modo que termina destruyéndose.
Y finalmente todos vamos a sufrir las
consecuencias si destruimos esos valores que de alguna u otra manera sostienen
la armonía social, que sostienen el respeto a los demás, esos principios que
durante siglos han demostrado que pueden sostener naciones, pueblos y familias.
Entonces qué importante es que como padres de familia inculquemos valores a los
hijos, no antivalores.
Influenciados por antivalores
Muchos medios de comunicación y personas
están envueltos en una forma de pensamiento inmoral, y tan solo es cuestión de
que un individuo ingrese a ese medio, para que sea influenciado y para que sea
cambiada su forma de pensar, y con eso tiene para que la persona pierda todo lo
bueno que se le haya sembrado antes.
Si usted quiere destruir a su hijo, y quiere que aprenda cosas
indebidas, una cosa es lo que debe de hacer: NADA; de veras, no haga nada. Si
usted nada hace, si no inculca valores que sean bien abrazados por sus hijos,
finalmente lo bueno que usted haya sembrado, se va a perder y su hijos van a
ser fuertemente influenciados por lo malo.
Vivimos en un tiempo donde se transmiten
antivalores. Hoy vivimos bajo una influencia muy negativa, en donde la televisión, los videojuegos, los
medios de comunicación, el ambiente juvenil, están transmitiendo una influencia
negativa.
Vemos por ejemplo, cómo cada vez la gente
tiene menos respeto por el vínculo matrimonial. La gente de una manera descarada
empieza a cometer adulterio. En México se acaba de legislar que el adulterio ya
no es penado en ciertos lugares. Entonces, si antes las personas necesitaban un
motivo para no cometer adulterio, ahora ya ni eso.
Si la institución matrimonial ya no era
respetada, pues ahora esto fue una puñalada social. Ya no será castigado que un
hombre se vaya con una mujer, sea infiel y deje en el abandono a la esposa y a
los hijos que pueden caer en depresión o suicidio y que puede hacer que los
hijos se levanten con un gran coraje y una gran amargura contra su padre,
contra su madre y que en un momento dado, hasta los puede llevar a ser hombres
violentos, hombres que quieran desquitar esa ausencia de amor, pues finalmente
cuando un padre se va de la casa, deja una señal clara a sus hijos y esposa:
"no me importan", "no los quiero".
No quiero decir que manteniendo vigente la
sanción contra el adulterio, éste se va eliminar de la sociedad, eso tampoco es
cierto, pero un mensaje se está dando a la sociedad: "La familia no
importa." "La familia puede pasar a segundo término." "No
hay motivo para cuidarla, ni hay razón para proteger el matrimonio."
Entonces, no se está entendiendo el daño que
se le hace a la sociedad, porque es un golpe directo en su contra. Se golpea la
célula básica, como lo dijimos en un tema anterior: “Como va la familia, así va
la nación”; y si la familia se está destruyendo, se está destruyendo la
sociedad.
Qué importante es transmitir valores en la
sociedad. Así que cuando hablemos con nuestros hijos, estemos conscientes de
que no solamente es hablar. Hay que hablar lo que edifica, hay que hablar lo
que le ayuda a nuestros hijos, aquello que les va a ser de provecho.
Hay principios y hay valores que son
universales como la honestidad, que
es por ejemplo, que te encarguen un trabajo y puedas dar cuentas limpias. Si te
dieron autoridad para responsabilizarte de cierta cantidad de dinero, que tú
seas una persona responsable y que hagas las cosas con honestidad, que manejes
los recursos adecuadamente, es una gran virtud. Creo que todos quisiéramos que
nuestros hijos supieran comportarse honestamente al confiarles dinero.
La sociedad está cambiando los valores
Pero hoy vivimos tiempos en donde quien roba, es visto como un héroe -y
perdón que lo diga, pero es cierto- en países como México existen frases
célebres como: "el que no tranza, no
avanza", una frase que la gente ya asume como una manera de vivir. Dicen
incluso: “las reglas son para romperse”, “los
valores no me dan de comer", "Dios mío, no me des, sólo ponme donde
hay, yo me encargo de tomarlo", “todo mundo lo hace”, “todo mundo miente”…
y todo eso se va generalizando. No vayamos lejos: ¿Cuánta gente practica
“la mordida” para evadir su responsabilidad, y evadir la justicia? “Mejor me arreglo con la autoridad y le pago,
ni modo”.
¿Cuánta gente dice de los narcos: "es que ellos nos están destruyendo"?
Discúlpeme, no son sólo ellos. Cada ciudadano que no hace las cosas conforme a
la ética, ni actúa conforme a los valores morales, puede estar participando
también de esas conductas, en el sentido de que si no hacemos el bien, también nosotros destruimos a la sociedad, pues
cooperamos con nuestro granito de arena, para que la sociedad no pueda salir
adelante. No hacer el bien, empezando con nuestra familia, es también muy
perjudicial a la sociedad. Y lo peor: que nuestros hijos lo ven y aprenden de
ello.
A lo mejor usted no se va a atrever a hacer
cosas que su conciencia le reprueba, pero quizás tampoco ha considerado hasta dónde
va a llegar su hijo si usted permite que la moral se vaya rebajando con
enseñanzas como: "Bueno hijo, sí puedes mentir… sí puedes robar… y si ya estás
en un problema grande, pues a lo mejor hasta quitarle la vida a alguien puede
resolverte el problema…"
Vivimos tiempos donde incluso, los maestros
en las escuelas ya están siendo amenazados por sus alumnos, de modo que si el
profesor no da la calificación que el joven quiere, lo manda golpear. Son cosas
terribles.
¿Quiere mejorar su calidad de vida? ¿Quiere ayudar
a mejorar la sociedad? Enséñeles valores a sus hijos.
Hay que hablar con nuestros hijos, hay que
hacerles entender que hay otra forma de vida más redituable. Sí, es un camino
más difícil definitivamente, porque demanda que tú mismo te sujetes a la ley,
que tú respetes las reglas, que tú pongas el ejemplo y te pongas un freno a ti
mismo, a tus propios intereses y que veles por los intereses de una sociedad y
de tu propia familia.
Los ejemplos que se transmiten a través de
la televisión van sembrando en nuestros hijos una manera de pensar muy
particular. Los mensajes de inmoralidad son constantes. Usted ve las series, ve
las películas, hasta en las caricaturas, no se diga en las telenovelas, hay
mensajes de inmoralidad.
Cuando estoy hablando de caricaturas, no
estoy hablando sin fundamentos créame. Hay una compañía muy prestigiada que produce
programas de audio y video para niños a nivel mundial, y en esas caricaturas transmiten
mensajes subliminales -y a veces ya no tan subliminales- de contenido sexual.
Es decir, transmiten escenas fugaces, o
imperceptibles a simple vista, de personajes desnudos o de palabras que tienen
que ver con la sexualidad, imágenes en donde, de alguna u otra manera, se
quiere estar influenciando sexualmente a esa frágil parte del mundo que son los
niños.
Como hace poco acaba de pasar en los Estados
Unidos: en un canal de televisión infantil -también de una prestigiada compañía
que produce audios y videos para niños- ocurrió que mientras se transmitía un
programa, de repente entró en pantalla una película pornográfica, de lo que se
conoce como "sexo duro". Qué sorpresa para un padre de familia,
cuando entró al cuarto de sus hijos donde supuestamente estaban viendo una
caricatura, pues era una programación con horario matutino; pero el padre
cuando vio la televisión se dio cuenta de que no era una caricatura sino que su
hijo de cinco años estaba viendo una película pornográfica, ¡totalmente
explícita! ¿Cómo es posible que a esa hora hayan transmitido esa escena? Después
se supo que se haría una investigación para ver dónde había surgido el problema
y evitar que volviera a ocurrir.
Existe eso en los medios de comunicación. Se
infiltra de una u otra manera, ese tipo de información. A veces con toda
intención de los productores, a veces por accidente. El riesgo existe. ¿Cuántas
veces no hemos visto programas de televisión en donde uno de los principales
temas e incluso objetivos de la trama, es el divorcio, exaltándolo sobre el
matrimonio, exaltándolo sobre la fidelidad y el respeto conyugal?
Hasta hace poco, en Estados Unidos, los niños veían el matrimonio como algo
normal y correcto. Bueno, se ha sabido que la generación pasada, es la primera que
ve el divorcio como algo normal, y eso surgió en buena parte, por estar
metiendo esa idea en muchas series televisivas. A través de muchas películas se
fomenta la rebeldía, los fraudes, los robos… ¿Cuántas veces no hemos visto que
en las películas, los héroes son las personas que viven fuera de la ley, son el
personaje central y sobre quien gira la trama? La influencia negativa de los
medios de comunicación es algo real.
Los video juegos y el juego en familia
¡Qué decir de la influencia de los
videojuegos! Hay juegos muy explícitos. De hecho los videojuegos tienen una
clasificación que va desde bebés hasta personas adultas. Hay una clasificación
que regula eso, pero lamentablemente la mayoría de las personas no conoce esa
reglamentación.
En Esperanza
para la Familia tenemos un programa de radio donde abordamos el tema de los
videojuegos, si usted después gusta consultarlo en la página de Internet:
y allí usted puede leer acerca del tema de
manera gratuita, para que se dé cuenta qué contenido puede traer un videojuego.
Los videojuegos de hoy en día traen
contenidos muy violentos. Hay juegos por ejemplo, en donde el niño es el actor
principal y su función es ser un delincuente en la ciudad. Incluso puede tener
relaciones sexuales, puede robar, puede matar policías, puede hacer todo tipo
de crímenes con el propósito de divertirse.
Cuántos juegos de video en sí exaltan la violencia
con guerras, con batallas, usted mata personas, mata animales… eso afecta la
conciencia del niño, pierde el valor de la vida humana, es decir, desvaloriza
al ser humano, y esto puede empezar a ocurrir sin que usted se dé cuenta, porque
en los niños hay una frontera muy delgada entre lo que es la irrealidad y lo
real, y luego los niños se insensibilizan.
Hay que quitar la influencia
de los videojuegos nocivos. Desde luego, hay videojuegos que son educativos y
que pueden ayudar a su hijo, no solo a entretenerse, sino también a aprender.
El problema a que me refiero con los videojuegos no es solamente la violencia
que transmiten muchos de ellos, sino que un videojuego puede llegar a absorber
tanto el tiempo del niño, que incluso puede hacer que se rompa la comunicación
entre padre e hijo.
Recordemos que papá
y mamá son el puente o el medio a través del cual se irá formando el carácter del
niño, y los papás son quienes deben ser la principal influencia en la vida de
sus hijos; por supuesto, siempre que sean una influencia positiva.
¡Qué provechoso en
cambio, es jugar con tus hijos y participar en diferentes actividades con ellos,
en familia! Con juegos que son provechosos para todos y que permiten una
convivencia, que permiten interactuar entre padre, madre, e hijos, y claro, ese
tiempo especial hace que todos se involucren, y eso es muy bueno para los
hijos.
Mencionaré a
continuación algunos de los beneficios
del juego en familia:
- Fortalece los vínculos y el afecto. Porque te ven como un amigo, de veras, y más cuando bromeas con ellos y te tiras con ellos al suelo, y te ríes con ellos, les haces caras graciosas. Es cierto, como padres de familia tenemos una autoridad y debemos darnos a respetar, pero qué saludable es para nuestros hijos que vean que también somos sus amigos, que podemos interactuar con ellos, que podemos jugar y hacernos niños como ellos. Uno no pierde autoridad; créamelo, cuando uno está jugando con ellos de esa manera, al contrario, ellos se sienten parte, se estrechan los vínculos, se genera confianza y se fortalece ese sentido de pertenencia que hemos mencionado en temas anteriores.
- Nos conocemos más. Ellos se abren con nosotros, participan con nosotros, nos empiezan a platicar sus sueños, sus ideas, sus conceptos. Conocemos sus reacciones al ganar y al perder, así como a relacionarse en equipo, etc.
- Ayuda en la formación. Sea de carácter, sea en sus hábitos, en sus habilidades, en su cultura.
- Mejoran la autoestima de los hijos. Porque al jugar papá con ellos se sienten amados, les estás dando un mensaje: "papá quiere estar conmigo”, “en lugar de estar viendo su partido de fútbol, está jugando conmigo”, “me prefirió a mí, que a su parrillada de amigos”, “prefiere estar conmigo los sábados en el parque”, “soy valioso para él". En pocas palabras: se sienten amados. Los hijos ven que papá está con ellos y eso les da seguridad, les hace sentir muy bien.
- Provee un ambiente relajado. Jugar lleva a que los niños –y adultos- se relajen. Los juegos son anti estrés, y distraen la mente, nos descansan de otras actividades.
- Se desarrollan diferentes capacidades. Intelectuales, emocionales, creativas, físicas, etc.
Así que, papá y
mamá, evitemos los pretextos para no jugar. Tú debes ser el mejor amigo de tus
hijos. Si usted logra ser el mejor amigo de sus hijos, una cosa va a pasar: el
día del conflicto, el día en que el muchacho necesite un consejo, va a ir con
su mejor amigo: papá. Si usted es su mejor amigo, va a ir con usted, pero si
usted no es el amigo de sus hijos, no va a ir con usted, sino que irá con su
mejor amigo, que, de veras nos sabemos quién podrá ser.
El ambiente juvenil
Otra fuerte influencia que rodea a nuestros
hijos, es el ambiente juvenil nocivo. Nuestros jóvenes de hoy piensan de una forma
que realmente nos causa temor, y le vuelvo a repetir, no es que yo quiera ser
amarillista, ni es que yo quiera acusar a nadie, ni echar en cara nada, simple
y sencillamente quiero decir que estamos viviendo tiempos muy difíciles para
nuestros jóvenes, que están creciendo en ambientes donde hay pornografía, libertinaje
sexual, adicciones, rebeldía, narcotráfico, crimen organizado, violencia,
suicidios, amargura… la lista es interminable. No quiero provocar un desánimo, sino
lo que quiero decirle es: “papá, mamá, abre
los ojos, mira bien los tiempos que estamos viviendo”.
Leemos noticias tremendas
como "Jovencito que mata a la madre
de su novio". Sí, dos jóvenes varones, de los cuales, uno mató a la
madre de su novio. ¿Por qué la mató? Porque la madre se opuso al romance. La
trama es terrible, y realmente no se habla de que tenían la intención de matarla.
Hasta donde se sabe, se dice que su plan era fugarse de casa, ante la oposición
de la madre a esa relación. Planearon fingir un secuestro, pues la idea era huir
a un lugar y vivir su romance. El jovencito tenía 17 años y su novio 14. La
madre, al darse cuenta de que el jovencito disfrazado de mujer se llevaba a su
hijo, se da cuenta y detiene todo, y esa ahí cuando el jovencito la ataca, la
agrede con un cuchillo, y finalmente la mata. Una historia real.
El alcoholismo entre los jóvenes, otra influencia
negativa y muy destructiva. En la actualidad, más de 25 millones de mexicanos
sufren alcoholismo, según cifras de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, y
en algunos estados de la República, el 42% de los niños de secundaria (entre 12
y 16 años) beben compulsivamente alcohol. En tanto que en la primaria es hasta
12%.
En un país como
México, donde se supone que está prohibido que los menores consuman alcohol, resulta
que casi la mitad de ellos, bebe compulsivamente alcohol. Estamos hablando de
más de 5 copas por ocasión. Y en la primaria es más de uno por cada 10
niños.
La violencia juvenil y la pérdida de la dignidad
humana. Hace poco me enteré de otra noticia que de veras, me sacude. Dos jovencitas
peleaban por la autoridad de clase contra otras dos alumnas y ante la
competencia, estas dos jovencitas decidieron hacer galletas, las cuales
envenenaron con raticida. Las jovencitas le dan la canasta a un tercer compañero
de la escuela, para que éste les lleve las galletas a sus rivales de la
escuela. Pero el joven, al ir en camino, vio las galletas y se las comió él. El
joven llegó a casa y ahí se murió; los padres no pudieron hacer ya nada.
Pero algo que es muy
impactante, es que las jóvenes que envenenaron las galletas se dieron cuenta en
la escuela que el joven se las comió, y lo vieron con síntomas, pero no les
importó, sino que se sentaron con él para convencerlo de que no hablara, pero él
no resistió y murió. Esto también es real, son noticias que nos han alcanzado
hoy, que nos dejan ver lo que hay en la mente de nuestros jóvenes.
Creo que si somos
honestos, estamos haciendo algo muy mal como familia, muy mal. En el mejor de
los casos es falta de atención a los hijos, y ahí empieza la irresponsabilidad
de muchos padres: en no velar por la información que están recibiendo niños y
jóvenes, además de que no están poniendo un contrapeso para balancear eso, y aun
inclinar la balanza hacia lo que es correcto.
¡Papá, despierta!
Es muy importante
que nuestros hijos reciban una buena influencia por parte de sus padres.
Padres: tienen que despertar. Si ustedes no están influenciando positivamente a
sus hijos en casa, si ustedes no están trabajando para hacerles ver a sus hijos
que hay una mejor manera de vivir, que es la correcta y que tiene que ver con
el respeto a la vida, con el respeto a la dignidad del ser humano, con no hacer
a los demás lo que no quieres que a ti te hagan… si no los influencias tú,
alguien más lo va a hacer, pero lo va a hacer mal. Te los van a lastimar y
corromper mucho.
Allá afuera hay todo
un mundo que trabaja sistemáticamente, día y noche, para inculcarles
inmoralidad, maldad y antivalores, y esa forma de vida los va a destruir, y les
estará robando su inocencia, para destrozarles la vida desde muy jóvenes.
Padre de familia, tienes que despertar, no todo
es trabajo y dinero. Tú hijo necesita de tu tiempo, de tu dirección, de tu apoyo, de tu ejemplo, porque aquí
viene lo duro: si como adulto también estás envuelto en la misma forma inmoral de
pensamiento, eso es lo que tu hijo va a aprender. Es decir, si tú como padre no
eres responsable, tu hijo no va ser responsable tampoco; si tú como padre no
eres honesto, tampoco lo será tu hijo; si no eres una persona fiel, ¿de dónde o
de quién esperas que lo aprenda tu hijo?
Tenemos que ser
ejemplos positivos para nuestros hijos. Ellos necesitan ver hombres de verdad,
mujeres de verdad, con moral, con carácter, dispuestos a amar, dispuestos a
darse por los demás, y eso es lo que tienen que ver nuestros hijos primeramente
en sus padres.
Vivimos en un tiempo
donde lamentablemente, ya no hay ejemplos morales de calidad; no los hay, con
todo respeto lo digo. Es muy terrible que jovencitas de 11, 12 o 13 años,
sueñen con tener un novio narcotraficante o sicario, porque eso es lo que las
está atrayendo, lo que está cautivando a los jóvenes: la vida -a lo mejor
corta- pero llena de dinero, llena de placeres, donde aprenden que hoy “lo de valor”, lo que realmente
“vale la pena” en la vida, es el placer y hacer lo que tú quieras.
Esos son los valores
de hoy, eso es lo que tiene valor para la juventud actual, y es ahí donde se
pierde el sentido de la vida, porque no se alcanza a ver que la vida es mucho más
que el dinero y claro, se cometen actos muy terribles, que destruyen sus
conciencias, sus almas, y finalmente mueren de manera muy abrupta, tienen vidas
muy breves, y luego causan mucho dolor a sus familias.
Los jóvenes
necesitan ejemplos positivos. Ellos necesitan ver, necesitan entender las
bondades de vivir con buenos principios y valores morales.
Mamá, papá, acércate
a tus hijos; juega, cena con ellos, platica con ellos. La comunicación no debe
solamente limitarse a supervisar: “¿ya
hiciste tu tarea?”, “¿ya te bañaste?”. Comunicación es convivir, es ser
amigos, es una estrecha relación; de manera que ellos sientan tu amor, tu preocupación,
tu interés por ellos. Háblales, enséñales con palabras que los motiven, que los
edifiquen, que no se desalienten ni se sientan ofendidos con críticas
destructivas. Hay que edificar, no destruir.
Recordemos que la
comunicación en casa siempre debe tener esta tendencia: construir, edificar, de
modo que nuestros hijos entiendan que esa es la única manera de vivir que les
va a dar paz en sus vidas y que les va a traer cosas buenas.
Que sepan que hacer
lo correcto siempre les va a permitir construir sus vidas, y no destruirlas. Hay
que derribar ese mito de que a través de la ilegalidad, a través de la mentira,
del abuso, es como vamos a poder salir adelante; eso es una mentira, eso no
trae retribución, realmente es un engaño.
Comuniquemos valores
Quisiera terminar
con un par de textos de las Sagradas Escrituras, que hablan acerca de la
importancia de establecer valores en nuestras familias, y no dejarnos llevar
por el engaño de una vida fácil, fuera de ley.
"Cercando andan los malos cuando la vileza
es exaltada entre los hijos de los hombres."
Salmo 12:8
Una sociedad donde lo que tiene mayor valor o
estimación es la violencia o la venganza, en donde lo que se busca es el bien
propio aun a costa de la vida de los demás… provocará que la personas empiecen
a “encasillarse” en esa manera de pensar, como dice el texto: quedan atrapados
o “cercados” por los malos, encerrados en ese estilo de vida.
Cuando se habla de “vileza”,
estamos refiriéndonos a actos infames, actos viles e indignos, o muy malos en
sí mismos. De modo que, cuando la maldad es la forma de vida y la forma de
pensar es maliciosa, eso va “cercando” a la sociedad, sin que ya se pueda salir
de ahí. Y mientras más personas se acostumbren a esa manera de vivir, la
sociedad se verá más afectada y más lastimada. Es como un cáncer, que empieza
con una célula, dos, tres y se empieza a multiplicar en el organismo, se
empieza a extender el cáncer por todo el cuerpo, hasta que mata, en este caso,
a la sociedad. Otro texto dice:
"Considera el
íntegro, mira al justo,
porque hay un final
dichoso para el hombre de paz."
Salmo
37:37
Dios desde los
cielos nos aconseja: “Mira, considera al íntegro, a aquel que hace lo recto, al
justo, al que no obra con maldad, observa su manera de vivir, valóralo”, porque
Dios dice que hay un final dichoso para esos hombres de paz, o sea, hay un
final feliz.
Aquél estilo de vida
lleno de venganza, de ilegalidad, de destrucción del prójimo, tarde que
temprano traerá consecuencias sobre la vida del ser humano, claro que sí las trae,
“Todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará” (Gálatas 6:7), es una verdad bíblica y es una ley real en
la vida.
El que cree que puede
vivir así, sin valores, y piensa que se va a salir con la suya, se engaña a sí
mismo; es como querer engañar a Dios, es como querer hacerle creer a Dios, que Él
no se da cuenta de las cosas y que no va a haber consecuencias. ¡Claro que va a
haber consecuencias! Y lamentablemente, empezando a veces por la familia.
He leído en las
noticias sobre hijos de narcotraficantes, que se han suicidado luego de que sus
padres han sido apresados. Ahí empieza el dolor, ahí empieza la realidad. No se
puede vivir fuera de la legalidad sin recibir consecuencias, y eso, esas son
verdades que deben aprender nuestros hijos. Ellos deben estar conscientes de
que hay leyes que rigen este mundo: naturales, morales, espirituales, legales, y
quebrantar esas leyes, siempre traerá consecuencias.
Como sociedad
tenemos que enseñar a nuestros hijos que hay muchos beneficios cuando se vive con
valores. Por lo menos les va dar paz a lo largo de sus vidas, y al final verán que
en todo lo que emprendieron fueron realmente felices, dichosos.
Comuniquemos
valores. Enseñemos los beneficios de los valores a los hijos así como las
consecuencias de no vivir con valores. Repito, la enseñanza debe ir ligada
siempre al ejemplo; las palabras, por muy buenas palabras que sean, por muy
buenos sermones que sean, son destruidos con el primer mal ejemplo. Es tiempo
de sembrar valores. Vayamos a comunicar y transmitir verdades sólidas y
principios morales a nuestros hijos. Que Dios les bendiga.
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