Los padres son los principales
responsables de la educación sexual de sus hijos I
Por: Prof. Humberto Ayub
Introducción
La semana pasada
estuvimos hablando acerca de la sexualidad y los adolescentes, así como de la
necesidad de ser padres que trasmitan este tipo de conocimientos
responsablemente a sus hijos.
Cuando hablamos de educación sexual no
estamos hablando más que de fundar bases en nuestros hijos que puedan
prevenirles problemas de sexualidad futuros, tales como: enfermedades de
transmisión sexual, embarazos no deseados o hasta el mismo aborto, que no pocas
veces lleva al suicidio.
Que seamos responsables de la educación
sexual de nuestros hijos no quiere decir que una institución escolar no pueda
contribuir, si ésta lo hace de manera responsable y en coordinación con los
padres de familia.
¿A qué edad los jóvenes están empezando
su actividad sexual? ¿Se conocen lo suficiente a sí mismos? ¿Están conscientes
de las consecuencias que implica esta iniciación de actividad sexual temprana?
¿Se lo cuentan a sus padres? ¿Cómo reaccionan los padres? Sin duda, se trata de
preguntas importantes que no pueden estar ausentes en las conversaciones del
núcleo familiar, en especial cuando los hijos son adolescentes.
Hablar de sexualidad con los hijos
siempre es complicado, la mayoría de los
padres no sabemos cómo acercarnos a ellos para conversar sobre este tema. Del
mismo modo, rara vez los adolescentes toman la iniciativa para platicar con sus
padres sobre sus dudas y opiniones acerca de estos temas.
La influencia de la familia
Todas las teorías
que intentan explicar la compleja relación entre las influencias personales y
sociales y la conducta sexual adolescente, reconocen la influencia de la
familia, que incluye el grado de comunicación sobre sexualidad entre padre e
hijos.
Las investigaciones muestran que los
adolescentes prefieren aprender sobre sexualidad de sus padres, quienes tienen
más influencia que la iglesia, la escuela, los amigos íntimos o los hermanos.
Sin embargo, los datos muestran que la mayoría de los padres y madres han
desistido de su responsabilidad; en su lugar, los compañeros de los
adolescentes y los medios de comunicación han sido las fuentes principales de
información sobre sexualidad desde la década de 1940.
Las estadísticas recientes muestran que
sólo la mitad de los adolescentes piensan que han tenido una buena plática con
sus padres acerca de sexualidad durante el último año, y sólo un tercio con sus
padres.
Igualmente preocupante es una encuesta
reciente que muestra que el 72% de las madres dijeron haber hablado con sus
adolescentes acerca de las relaciones sexuales, mientras que sólo el 45% de los
adolescentes pensaron que realmente sucedió esa plática.
Es claro que no existe un acuerdo entre
los padres de familia y los adolescentes sobre lo que significa una buena
plática sobre sexualidad; la mayoría de los padres y madres de familia actuales
tienen poca información que pueden usar para tener una buena plática.
Durante su propia adolescencia, la
mayoría de ellos no asistió a programas de educación sobre sexualidad en sus
escuelas y tampoco platicaban del tema con sus padres; de hecho, la mayoría
probablemente aprendió sobre sexualidad a través de sus compañeros, una
situación que condujo a tener información inexacta o inadecuada.
Es indispensable que padres e hijos
mantengan una comunicación fluida con respecto a la sexualidad. Al ser los
adultos los encargados de velar por su familia deberían iniciar las
conversaciones, no sólo con el fin de acercarse y conocer más a sus hijos sino
también con el objetivo de educarlos y guiarlos en lo que a educación sexual se
refiere.
El papel de los padres
Pese a que estamos
en pleno siglo XXI, muchos padres de familia actúan como si el tema no
existiera y ni siquiera se dan por enterados de que sus hijos adolescentes
mantienen relaciones íntimas con sus parejas, o bien, que quieren empezar a
hacerlo.
De hecho, muy pocos adultos conocen los
resultados de las encuestas realizadas al respecto, las cuales revelan que el
60% de las mujeres así como el 65% de los hombres está empezando su vida sexual
entre los 15 y 19 años de edad; pero muchos padres prefieren cegarse.
"Lo ideal para ellos es que los hijos
se inicien sexualmente lo más tarde posible. Y por este ideal, muchas veces se
niegan a la realidad de que sus niños ya han tenido sus primeras
experiencias", dice Andrea
Schilling, ginecóloga de la
Unidad de Atención Integral del Adolescente de la Clínica Alemana. "Nadie espera que su hija de 16 años
esté teniendo actividad sexual, pues lo mejor es que la deje para cuando se
encuentre en condiciones de afrontar las consecuencias, como puede ser un
embarazo no deseado", agrega.
Los padres suelen tener la sensación de
que sus hijos siguen siendo pequeños a los 15 años. Y si bien es verdad que aún
no están emocionalmente maduros, también es cierto que los adolescentes ya no
se sienten ni quieren ser tratados como niños y desean empezar a vivir nuevas
experiencias, incluso en el plano amoroso y afectivo. Por lo mismo, es bueno conversar
abiertamente del tema.
Esa no es la forma correcta, esos
comentarios no logran que las hijas les confíen su secreto. No hay que hablarles
con ese lenguaje de negación, pues eso hace que se les cierre la puerta. Lo más aconsejable es conversar el tema
con tranquilidad y sin recriminaciones ni amenazas; que ante todo, impere el
cariño y la comprensión, en vez de la desesperación.
Así de esta manera, sin convertir la
plática en motivo de conflicto familiar, es necesario hablarles sobre la
importancia de la abstención de las relaciones sexuales y de todo lo que la
palabra implica: desde como protegerse emocionalmente, que involucra no resultar
dañado; hasta qué otro tipo de consecuencias surgen, tales como un posible
embarazo no deseado o el riesgo de adquirir enfermedades de transmisión sexual.
El primer paso es responsabilidad de los padres
Un importante
psicoterapeuta de los Estados Unidos, una de las principales eminencias sobre
sexualidad, dice lo siguiente:
“Cada vez que un adolescente o una
adolescente practican el acto sexual antes del matrimonio, están destruyendo
parte de su ser interno, que es su propio yo, su autoestima decrece, su
dignidad cae por los suelos, su consciencia le recrimina. La conducta sexual
antes del matrimonio lo único que produce es confusión, vacío y desesperación”.
El doctor Bailey es un especialista en este campo y es un maestro en cuanto a
las experiencias de las relaciones sexuales antes del matrimonio, él no habla
de un punto de vista religioso, sino uno secular y aporta un sinnúmero de
pruebas científicas, las cuales apoyan completamente su teoría de la abstención
sexual.
En otras palabras presenta los cuadros
que se van dando entre los adolescentes, después de una investigación profunda
y estudios de campo; cómo el adolescente pierde su autoestima, pierde sus
valores o principios morales, se auto engaña a sí mismo y se hace presa de lo
que él autodenomina ‘libertad’ o ‘placer’.
Este placer se va haciendo hasta
fastidioso y lo lleva a tener relaciones sexuales con diferentes parejas,
cayendo en una depravación sexual y moral, en algunos casos llegando al
lesbianismo, homosexualidad, aborto, enfermedades de transmisión sexual e
inclusive al mismo suicidio. El doctor Bailey,
continúa diciendo:
“Como papá o mamá, uno sigue siendo
responsable y hay que armarse de valor para hablar de estos temas abiertamente
con los niños; en último caso, decirles que si no quieren contarle a sus
padres, es posible llevarlos con un profesional para que hablen del tema y no
corran riesgos”.
Hace énfasis en que
el primer paso aquí debe ser de los padres; uno se preocupó de que los hijos
aprendieran a caminar y a comer, también debemos preocuparnos por la
sexualidad. No es fácil, pero se trata de una más de nuestras responsabilidad;
las más afectadas en esto son las chicas, que por pudor, temor o vergüenza, no
se atreven a conversarlo con sus mamás, los varones hablan más abiertamente con
sus padres.
Por otro lado, para las madres también
suele ser un tema ‘tabú’ por lo que ni se lo mencionan a sus hijas. Para
algunos padres y madres estos temas son bastante complejos pero vale la pena
que se atrevan a conversarlos con sus hijos, o bien, que los incentiven a
consultar un especialista que les ayude a despejar sus dudas y que aprendan a
encarar y desarrollar su sexualidad de manera sana.
La mayoría de los padres quieren que
sus hijos crezcan y tengan una vida sexual adulta sana y feliz; para que los
hijos tomen decisiones sanas a lo largo de sus vidas se les debe alentar a
tomar decisiones desde una edad temprana.
Es muy importante esta declaración
porque vemos de nuevo la importancia de los padres para proporcionarles la información
que necesitan para que tomen decisiones responsables sobre su sexualidad.
Debemos recordar que todos somos seres sexuales y nuestra sexualidad incluye:
- nuestro cuerpo y cómo funciona
- nuestro sexo (femenino o masculino)
- nuestra condición (esto es el estado biológico, social y legal como hombres y mujeres)
- nuestra identidad sexual (sentimientos sobre nuestro sexo)
- nuestros valores sobre la vida
Y que nuestra sexualidad tiene un
impacto sobre cómo nos sentimos acerca de todos estos aspectos y cómo
experimentamos el mundo.
¿Cómo afecta la comunicación padre-hijo en la educación sexual?
Vivimos en un mundo
muy sexualizado, hay mensajes alrededor nuestro en la radio, televisión,
películas, revistas, etc. El sexo se usa para vender todo, desde el jabón hasta
los automóviles. Los líderes políticos y religiosos también tienen mucho qué
decir acerca del sexo, ya que sus vidas públicas, cuando aparecen, son
escandalosas y dejan un mensaje muy claro: lo puedes hacer irresponsablemente.
También las personas dicen mucho y
nuestros hijos lo oyen todo, pero a pesar de que se habla tanto, nuestros hijos
no reciben mucha información útil. Muchos adolescentes se confunden y pueden
sentirse presionados a tener relaciones sexuales antes de estar listos.
Frecuentemente el abuso sexual, las
enfermedades transmitidas sexualmente y los embarazos no deseados dan forma a
la vida de nuestros adolescentes. ¿Queremos que nuestros adolescentes tengan
vidas saludables y gratificantes?
Sabemos que es importante enseñarles
acerca del sexo, pero para muchos de nosotros es difícil hablar sobre el tema,
especialmente con nuestros adolescentes. ¿Por qué es importante que los
adolescentes sepan de sexualidad?
Según un reciente estudio 97% de las
chicas dijo que el tener padres con quienes hablar sobre sexualidad podría
prevenir el embarazo entre adolescentes solteras. Los estudios han demostrado
consistentemente que la comunicación familiar es uno de los factores más
importantes para salvaguardar la salud de los adolescentes.
Creemos que cuanto mayor sea la comunicación
entre padres e hijos, más posibilidades tiene un adolescente de esperar antes
de tener relaciones sexuales y de tomar decisiones responsables.
El mensaje es claro: los adolescentes
que se sienten cómodos comunicándose abiertamente con sus padres sobre la
sexualidad tienen más probabilidades de llegar castos al matrimonio, de
practicar la abstinencia sexual así como de desarrollar actitudes sanas con
respecto a la sexualidad.
En el capítulo anterior vimos que los
programas de educación sexual en Estados Unidos y en algunos países de primer
mundo han fracasado a tal grado que lo único que hicieron fue incrementar el
número de embarazos en adolescentes, enfermedades venéreas, abortos y
suicidios. Hoy se opta por la abstinencia sexual como el mejor remedio para
evitar el sida y las infecciones de transmisión sexual, los embarazos no
deseados, en fin.
Las amistades de nuestros hijos
adolescentes en la escuela pueden decirles: “tú
eres una persona anticuada, quieres llegar virgen al matrimonio y eso es
imposible, todos lo hacen, no tiene nada de malo, es algo normal”.
Si el joven entiende bien el tema de la
sexualidad y tiene una educación sexual correcta en el hogar, le ayudará a
manejar sus emociones y la presión de sus amistades y compañeros; también les
protege contra el abuso sexual o que se conviertan en abusadores sexuales.
¡Gánate la confianza de tus hijos!
Podemos ayudar a
que nuestros hijos se sientan positivos ante su sexualidad desde su infancia,
así nos tendrán confianza para hacernos preguntas en el futuro.
Como padre o madre, no te sientas
incómodo al hablar de sexo con tus hijos, pero si te sientes así, es normal, la
mayoría de los padres se sienten así y no debe sorprenderte. Esto sucede debido
a que muchos de los padres:
- aprendieron que el sexo es algo sucio
- tienen miedo de no tener todas las respuestas
- se les hace difícil admitir que sus hijos son seres que tienen sexualidad
- se les hace difícil admitir que ellos mismos son seres sexuales
- temen los sentimientos sexuales que existen entre sus hijos y ellos
Puedes hablar con ellos abiertamente
acerca de sus sentimientos, puedes empezar diciendo algo como: “se me hace difícil hablar de esto, mis
padres y yo nunca discutimos estas cosas, pero yo quiero que tú tengas a
alguien con quien hablar sobre esto”.
No trates de esconder tus sentimientos
o evitar el tema, eso solamente lo hará peor, empieza una conversación y
síguela, conversando abiertamente desde el principio. Recuerda que la
información sobre la sexualidad es igual de importante como la comida, la
protección y el cuidado amoroso.
Sexualidad: del nacimiento a la adolescencia
A continuación veremos
algunos puntos importantes sobre la sexualidad, de acuerdo a las diferentes
etapas de la vida.
Del nacimiento a los dos años: a los bebes
les damos un sentido de quienes son desde que nacen, les hacemos sentir ya sea
seguros o inseguros mediante: la forma en que los tocamos; la forma en que les
damos de comer, los lavamos y cambiamos los pañales; con el tono de nuestra voz;
permitiéndoles que se sientan cómodos con sus cuerpos y sus emociones. Ellos
pueden desarrollar sentimientos saludables sobre su sexualidad si hacemos todas
estas cosas de un modo agradable y cariñoso.
De los 3 a 5 años: los
niños ya saben que las mujeres y los hombres tienen diferentes órganos
sexuales. Hay que hablar sobre ellos de la misma forma que se habla de la
nariz, los codos o los dedos. Siempre use los nombres correctos de los órganos
sexuales, en vez de palabras de familia o de la calle. De lo contrario puede
ser que los niños se formen una idea que estas partes del cuerpo tienen algo de
“malo.”
Los niños de tres años también desarrollan curiosidad en cuanto a la pregunta “¿De donde vienen los bebes?”. Los padres no tenemos que describir lo que es la relación sexual en este momento, la respuesta debe ser sencilla en esta etapa; puede decir algo como: “Los bebes crecen en un lugar especial adentro de la mamá.” A medida que van pasando los años puede agregar detalles cuando su niño pueda entenderlos.
Los niños de cuatro años se apegan mucho a su padre o madre, aun si uno de ellos está ausente. Es más, pueda que el niño o la niña sientan celos de la madre o del padre, pueden encariñarse con padres u otras personas que los cuidan sin importar el sexo de la persona. Ninguna de estas relaciones quiere decir que el niño sea homosexual o heterosexual, debemos dejar que los niños se sientan cómodos con cualquier relación que formen.
De 5 a 7 años: los
niños normalmente son menos apegados con los padres o con las personas que los
cuidan a esta edad, están empezando a descubrir su propia feminidad o masculinidad
y puede ser que solo quieran estar con personas de su mismo sexo. Por eso es
muy común que digan que odian a los niños del sexo opuesto, pero es mejor no
burlarse de ellos por esto.
Es posible que los niños en la escuela primaria tengan pena de hacer preguntas, pero eso no quiere decir que no tienen preguntas. La mayoría han oído acerca de cosas como el sida, la violación y el abuso de niños, así que, habla con ellos. Las fantasías sexuales sobre miembros de la familia de los dos sexos también son comunes, puede ser que los niños se sienten preocupados por estos pensamientos. Hay que asegurarles que el solo pensar o soñar en algo no hace que se vuelva realidad.
La preadolescencia (de 8 a 12 años): ellos
necesitan toda la información acerca de la menstruación, los sueños mojados y
otras señales de la madurez. Los preadolescentes se preocupan mucho si son
“normales”, los varones se preocupan por el tamaño de sus órganos genitales; las
niñas se preocupan por el tamaño de sus senos. Asegúreles que no hay dos
personas iguales.
De los 13 a 19 años: dales mensajes claros sobre sus valores, reconoce que los adolescentes necesitan destrezas e información para actuar sobre sus valores y que según las estadísticas muchos de ellos no esperan a ser adultos para tener relaciones sexuales. La maduración física puede llevarlos a probar relaciones sexuales, pero ellos no están preparados para manejarlas emocionalmente, podrías decirle a tu hija: “has llegado a la pubertad y podrás sentirte atraída a los niños mayores, pero créeme, no estás lista para eso”.
Desaliente las relaciones sexuales
prematrimoniales, platique sobre las relaciones sexuales antes de que su hijo
se involucre con alguien, para que sus comentarios no sean vistos como un
intento de afectar a una persona en particular.
Los adolescentes no pueden imaginarse
los peligros del sexo, explíqueles que hasta las personas buenas pueden ser
engañosas, cuando lo que quieren es sexo. Use experiencias de su propia vida.
Consejos prácticos para padres con hijos adolescentes
Platicar
sobre sexualidad con nuestros adolescentes es una tarea prioritaria, ya que en
esta edad se toman decisiones que llegan a afectar toda la vida futura del
joven. Estos son algunos consejos prácticos para los padres y madres que tienen
hijos entre 10 y 14 años de edad:
·
No tengas
vergüenza, habla con tus hijos de sexualidad como hablas con ellos de
alcohol y drogas. Hablar de sexualidad no tiene qué ver solamente con sexo,
tiene qué ver con emociones, cambios físicos, lo que valoramos en una pareja,
qué es una relación saludable o insalubre, cómo nos sentimos sobre nuestra
cultura, comunidad y nosotros mismo.
·
Reconoce
que tus hijos son seres sexuales, la sexualidad es parte de la
vida. Es perfectamente normal que los adolescentes de 10 a 14 años tengan
pensamientos y sentimientos sexuales. Es posible que esto los incomode, pero
lazos fuertes de amor entre padres e hijos están relacionados con el
aplazamiento de las relaciones sexuales, esto fue un estudio realizado en
Estados Unidos y los países bajos de Europa.
·
Dale
confianza a tus hijos de que son normales, la
pubertad es una época de profundos cambios físicos, emocionales y sociales,
ellos necesitan saber por lo que están pasando y tú les puedes ayudar a
comprender que es natural ser diferentes y que están pasando por una época
bonita donde se están convirtiendo en hombres o en mujeres. Anímalos a sentirse
orgullosos de su crecimiento y transformación.
·
Sé
abierto con las preguntas de tu hijo, no necesitas ser un
experto para ser un buen educador sobre sexualidad; buscar juntos las
respuestas puede ser una buena oportunidad de hablar de sexualidad. Pero no
esperes a que te pregunten, a veces ellos no se sienten suficientemente cómodos
como para empezar la conversación; no debes suponer que si tu hijo no hace
preguntas quiere decir que no tiene.
·
Siempre
utiliza los términos correctos, así les estás dando un
vocabulario que lo pueden usar en el futuro. Usando otros nombres se les da a
entender que esas partes del cuerpo son sucias, si cualquiera de los términos
te da vergüenza, practica diciéndolos enfrente de un espejo o cuando estés solo.
·
Anima a
tus hijos a expresar sus ideas sin temor; cuando no estás de
acuerdo con tu hijo es importante opinar contra la idea, no contra tu hijo.
Cuando ellos se sienten silenciados, son menos capaces de hablarte en el
futuro, ¡escúchalos! Y mantén las líneas de comunicación abiertas.
·
Examina
sus valores sobre la sexualidad, los hechos son más claros que
las palabras, debes ser buen ejemplo para enseñarles a tus hijos tus valores en
cuanto a las relaciones, sobre la honestidad, igualdad y responsabilidad.
·
Sigue la conversación, ten presente que debes
comunicarte con tu hijo durante el desarrollo. Cuando nació tu hijo no le
enseñaste todo en un día, cada día llevaba una lección; ahora que están
creciendo, piensa de la misma forma cuando les hables de sexualidad, cada día
va a traer una pregunta o un tema nuevo sobre la sexualidad. Recuerda que los
adolescentes son curiosos ¡tranquilízate! no pienses que si te están
preguntando sobre la sexualidad es que piensan tener relaciones sexuales.
·
No
permitas que la vergüenza les impida tomar decisiones difíciles de la
adolescencia, prepararlos para la adolescencia es una de las cosas más
importantes que tenemos que hacer como padres.
Instruye a tus hijos, ¡aún es tiempo!
Veamos
lo que opinan algunos adolescentes:
“Le pido consejos a mi mamá cuando los
necesito porque me da seguridad y confío en ella, no se ríe ni le revela nada a
nadie. Puedo hablar con mis padres acerca de cualquier problema que tenga”.
Susy,
15 años
“Vengo de una familia en la que he
aprendido sobre el sexo gracias a mis amigos, mi madre no me lo ha mencionado y
aún no sé exactamente en qué consisten el sexo y el amor; pero me gustaría
saberlo, porque tengo solamente 14 años y he visto que mis amigas quedan
embarazadas. Me gustaría saber de qué se trata todo eso”.
Amanda,
14 años
“En busca de consejos, usualmente recurro a
mis amigos, me siento incómodo hablando con mis padres de este tema, pues no
tenemos una comunicación abierta. También he llegado a confiar en algunos de
mis maestros que me brindan la información que requiero, pero me gustaría más
hablar estos temas con mis padres”.
Ricardo,
18 años
En 2 de los 3 testimonios que
mencionamos se nota que no hay una comunicación real y abierta sobre este tema
entre padre e hijo y, ¿de dónde están obteniendo la información que necesitan?
De los amigos, no se sienten cómodos hablando de esos temas con los padres.
Papá y mamá, es hora de que entendamos
algo: vivimos en una sociedad altamente sexualidad, nuestros hijos son
bombardeados por una sexualidad artificial, egoísta e irresponsable o son
enseñados a tener relaciones a cualquier edad, antinaturales, usando un pedazo
de látex que se rompe frecuentemente o corre el riesgo de transmitir una
enfermedad sexual o de un embarazo prematuro.
En otras palabras, la protección de los
niños y adolescentes, es muy importante; hablar con tus hijos sobre el sexo
desde edades tempranas también tiene qué ver con un lado práctico: ayuda a
protegerlos del abuso sexual.
Hasta los niños y niñas pequeñas
necesitan poder resistirse a las tentaciones de los niños mayores y de los
adultos. Y vaya que es una plaga y una epidemia el abuso sexual contra los
niños de parte de sus mismos familiares o hermanos mayores.
La protección de los niños y
adolescentes contra los predadores involucra cierta explicación, ya que la
mayoría de los adultos que abusan sexualmente de los niños son miembros de la familia
o vecinos, no son extraños.
Comenta el doctor Bronsban: “mis 3 hijos saben
que nadie los toca en sus partes íntimas”. Él es especialista en salud
sexual e instruye a sus hijos para que le cuente si sucede algo extraño y les
enseña que los secretos no son buenos.
Nuestra sociedad envía el mensaje de
que las relaciones sexuales promiscuas están bien para los hombres, asegúrese de
que su hijo sepa que no lo son. Los jóvenes lo que necesitan es una conexión
con alguien que los quiera. En la mayoría de las escuelas se ofrecen clases de
educación sexual, pero las lecciones varían enormemente; verifica si el
currículum que se enseña en la escuela de tu hijo concuerda con los valores
familiares.
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